Santiago de Chile, 17 ago (PL) El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, estuvo apenas 24 horas en Chile, suficiente para intentar una imagen de idilio con parte de América Latina que terminó en repulsa de varios sectores.
Apostados cerca del Palacio de La Moneda y con banderas de Venezuela, numerosas personas repudiaron la presencia aquí del enviado de la Casa Blanca, al subrayar que su objetivo es buscar alianzas para asfixiar al Gobierno de Venezuela.
La Coordinadora Nacional de Organizaciones de Derechos Humanos y Sociales rechazó la visita de Pence, con consignas contra la injerencia de EE.UU. en la región, repetidas luego en una marcha por el céntrico Paseo Ahumada de esta capital.
El viaje a Colombia, Argentina, Chile y Panamá no tiene otro objetivo que acordar una forma de derrocar a Nicolás Maduro, afirmaron acerca de los intentos por sacar del poder al mandatario electo democráticamente.
Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), recalcó que no se trata de una dictadura, sino de un gobierno que afronta problemas, «pero son ellos los que los tienen que resolver».
Por su parte, el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, consideró que «Mike Pence viene a alinear a Chile en la política injerencista contra Venezuela. ÂíGo home!».
El candidato presidencial independiente y senador, Alejandro Navarro, opinó que es injustificable la amenaza militar de Washington contra una nación donde se desarrolla un proceso constituyente y hay elecciones de gobernadores programadas.
En un encuentro con periodistas, Pence dijo que su país quiere lograr el aislamiento total de Corea del Norte, al tiempo que reclamó más acciones comunes para el caso de Venezuela.
El vicemandatario subrayó que tanto para el caso de Venezuela como el de Corea del Norte, «todas las opciones están en la mesa».
Deslizó una petición expresa de que Chile y otros países latinoamericanos rompan lazos diplomáticos con Corea del Norte, pero el canciller, Heraldo Muñoz, señaló que no se tiene prevista esa medida.
«No tenemos contemplado cortar relaciones diplomáticas con Corea del Norte (…), respetamos la solicitud de Estado Unidos pero Chile mantiene relaciones», apostilló.
En tanto, la dignataria chilena, Michelle Bachelet, rechazó intentos de golpe de estado o intervención militar en Venezuela, a propósito del tema durante la visita de Pence.
Bachelet, en una declaración ante periodistas y flanqueada por Pence, dejó en claro que la postura de Chile es agotar los canales de diálogo y negociaciones para una salida pacífica la crisis venezolana.
En otro orden, el segundo de Donald Trump resaltó en una conferencia al cierre de su estancia aquí, que su administración quiere tener más comercio con América Latina, actualmente en el orden de los 1,6 billones de dólares.
Encomió como modelo para el área el Tratado de Libre Comercio con Chile, que data de 2004 y amplió el intercambio bilateral en un 350 por ciento en los últimos 13 años.
Finalmente, el vicegobernante se vio obligado a recortar su periplo al permanecer apenas unas horas en Panamá, sin explicar las razones, aunque la prensa vincula el hecho con el panorama actual en el gigante norteño.
«Vamos a volver hoy después de una parada en Panamá», reveló Pence lacónicamente en esta capital, después de entrevistarse con Bachelet.
Pence declinó contradecir al mandatario, Donald Trump, respecto a los calificativos para condenar los incidentes del fin de semana en Virginia.
Se ajustó a las palabras el lunes del inquilino de la Casa Blanca de repudio a las acciones violentas y racistas de grupos de Supremacistas Blancos, KKK y Neo Nazis en Charlottesville, Virginia.